I walk the line

hoy ha sido un dia curioso. uno de esos dias normales en los que no haces nada demasiado especial, pero de los que te acuerdas.
he ido a nadar, y cuando volvia por el rutinario camino que todos los dias me lleva a trabajar he descubierto un parquecillo encantador al lado de mi casa, que aparentemente nunca había estado alli, ha surgido de la nada, como las margaritas entre las piedras de la acera en primavera. cuando me he querido dar cuenta, estaba eufórica riendome a carcajadas al descubrir que llevaba más de 300 metros seguidos andando sin manos en mi destartalada pero encantadora bicicleta, cosa que nunca antes había conseguido. he hablado con muchos buenos amigos hoy, reflexionando sobre la vida sin darme cuenta, abriendo los ojos de varias personas sin saberlo, incluso los míos. y he descubierto un paraje peculiar y bastante espectacular, donde había la justa cantidad de gente como para llevarme la grata sorpresa de escuchar de la nada la banda sonora del día, I walk the line, que curiosamente, también fue la película que ví ayer. después he retomado un libro ambientado en un día como hoy, de hace unos cuantos años. lo tenía olvidado desde hace un año, justo el mismo día que decídia cambiar de aires sin saberlo. creo que lo he vuelto a hacer.

2 comments:

  1. Rick said...

    El día menos esperado es el que más mola. Sin sobresaltos pero provechoso y constructivo. Me das envidia con lo de la bicicleta; yo jamás conseguí no usar las manos ni un metro y ya va a ser tarde porque hace más de 10 años que no voy en bici.

  2. angie said...

    jaja, tranquilo, yo nunca en la vida había soltado las manos, todo es cuestión de práctica...y nunca es tarde para tener una bici nueva.



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